Hemos dicho en más de una ocasión que en Red Bull 3 Mundos no sólo están Crew Peligrosos, Juancho Valencia y la Sinfónica. No, señores, a su lado y ofreciendo el tercero de los mundos sonoros de este espectáculo está un colectivo de músicos conformados en muy variadas tradiciones de nuestro folclor. Ellos, desde la experimentación o la tradición, son admirados referentes de lo que significa en el siglo XXI apropiarse de la música colombiana.
Uno de ellos es el increíble dúo Kombilesa Mi (nombre que en palenquero significa “mis amigos”), gestores de un movimiento hip hop en su natal San Basilio de Palenque, al norte de Colombia. Líricas en castellano y en su lengua ancestral, con una combinación de instrumentos que van de la percusión tradicional de su tierra hasta las secuencias propias del sonido callejero contemporáneo. Kombilesa Mi es un maravillos puente cultural que nos muestra la universalidad que por igual pueden alcanzar el hip hop y las antiguas tradiciones culturales del aguerrido pueblo palenquero.
Con ellos contrastan otros cultivos de la tradición musical, los cuales nos llevan a la otra costa, al Pacífico. De allá viene el intérprete de marimba Enrique Riascos, integrante del reconocido grupo Herencia de Timbiquí. Con su gente este talentoso músico lleva quince años recorriendo el país y el mundo llevando el bello mensaje de la vida cotidiana y la música de su Timbiquí, población costera del Cauca. Además de “la herencia” de su grupo, Enrique se dedica a promover nuevos grupos, como es el caso de Yembemá.
A tan ilustre encuentro de generaciones, géneros y costas le faltaba una dama. Y esa dama, hablando de folclor afrocolombiano, debía presentarse en el papel de la cantadora (o la cantaora, como ahora dicen, trascribiendo la pronunciación campesina). Ella es Cecilia Silva, quien hace parte del proyecto Tambores de Cabildo, una escuela taller que ha recorrido el país investigando y enseñando nuestra música. Con diez años de trayectoria, Cecilia ha compartido tarima con leyendas como la cantante Petrona Martínez y el compositor Rafael Ramos.
Un cartel así, al lado de hip hop hecho en Medellín, breakdancers y la música docta de la Orquesta Sinfónica de Colombia promete mucho. Y esta es apenas la mitad de los acompañantes.