Lenwa Dura
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Treinta años de freestyle en Chile: una historia

Treinta años de freestyle en Chile: una historia
Por Vitami
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Chico Máquina

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Desde el inicio del freestyle en Chile hasta la Final Internacional de la Batalla de Los Gallos, que se hará este domingo en la Plaza de La Paz en Santiago.
Un viaje de 30 años es el que quisimos contar en esta trilogía que cuenta con las voces mas significativas de cada década y en el que se relatan detalles desconocidos del avance de la improvisación en Chile.
1985-1995: el cine y el freestyle
La improvisación viajó desde Norteamérica y también desde Europa para llegar a ser lo que es hoy en Chile. Bajo la amenaza de la dictadura y el toque de queda que no permitía reunirse, los jóvenes bailaban breakdance y en torno al círculo comenzaron a improvisar rimas, influenciadas principalmente por películas como “Beat Street” y “Breakin’”.
“Todo el mundo lo comenta, todo el mundo quiere ver, como bailan, como cantan, con destreza y rapidez. Nueva York aún es baile, una artística expresión de pinturas si canciones una nueva sensación, ¡Beat Street!, ¡Beat Street!”. La frase sale de la boca de Chino Maquina, fundador de Panteras Negras, uno de los primeros grupos de rap en Chile. El MC la dice y describe cómo imitaban lo que escuchaban en películas en inglés como “Beat Street” o “Breakin’” y, sin entender nada, imitaban lo que oían y lo cambiaban cantándolo en español.
Jimmy Fernández

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Pedro Foncea (De Kiruza) y Jimmy Fernández (La Pozze Latina) -ambos creadores del tema que es reconocido como el primero de rap grabado en Chile “Algo está pasando” (1988)-, son categóricos también en atribuirle al cine una influencia clave en el desarrollo de la improvisación en el país. Fernández menciona la película “Wild Style”: “Hay una escena en donde están dos crews y hacen una especie de juego de ping pong: una dice algo y la otra le responde, esa fue la primera vez que oí un freestyle”, dice el intérprete de “Sex Maniac”.
Tiempo después, en 1992, Fernández viajó a Europa durante seis meses. Un día paseando por Roma llegó a una okupa, primero gobernada por punks y luego, “gracias a la influencia de Public Enemy”, mandatada por el hip hop. Era el Fuerte Prenestino, recuerda, al que siempre invitaban a músicos que estaban haciendo giras por Europa, donde hacían comida de distintos países y se iba a bailar. “En ese momento estaba pegando el rap y el hip hop súper fuerte. Una de las noches hicieron un open mic y ahí vi el freestyle por primera vez”, cuenta Fernández. Ese mismo año volvió a Chile y, en su regreso, trajo muchos vinilos, películas en vhs e información sobre hip hop, que compartió y se repartió por Santiago. “No soy reconocido como un improvisador, porque nunca me he metido a una batalla. Y no sé si yo fui el primero en traer un freestyle a Chile, pero sí traje el concepto y, quizá, si hubiera encontrado gente que me hubiera apoyado en la improvisación yo me hubiera desarrollado más”.
El baile y la impro
Además de la influencia de los audiovisuales norteamericanos en el freestyle chileno, la improvisación estuvo muy ligada al breakdance. De hecho, esta rama del hip hop fue la precursora de esta cultura en el país.
A mitad de los ochentas en Chile la dictadura y el toque de queda aún regían, sin embargo, algunos jóvenes se juntaban en las calles a bailar, pese a que la policía los echaba o les quitaba sus radios. Uno de esos lugares de reunión fue la calle Bombero Ossa en el centro de Santiago. Ahí se juntaban en torno al breakdance que habían visto en películas. Uno de esos ellos fue Pedro Foncea y quien, gracias a eso, conoció a Jimmy Fernández que también bailaba.
Pedro Foncea

Pedro Foncea

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La improvisación se comenzó a asentar en la cultura hiphopera chilena. Fue así como en el primer disco de la Pozze Latina (Pozzeidos por la ilusión, 1993) se incluyó un tema llamado “Free Ztyle”. Fernández cuenta que propiamente no fue una improvisación, sino que la simulaba y ocupaba el recurso del a capella para acercarse a su esencia.
En otros lugares de Santiago, en el área norte de la capital, la improvisación también acompañaba el paso de los bailarines. Chino Máquina recuerda cuando escuchó por primera vez una improvisación: “En los años 85, 86 en la zona norte de Santiago junto a mis amigos Lalo Meneses, Viejo Tom, Jorge Pichuntún, y unos cuantos más. Nuestra junta diaria era en la Plaza de Renca, acompañados de una radio y pasábamos el día sacando pasos de breakdance. Luego de eso, en el 89, también escuché las primeras rimas improvisadas en la boca de Marcos Jofla, que falleció. Me acuerdo de él como un bailarín de break callejero que tenía una estampa original, con vestimentas que marcaba un estilo propio y único en el cultura hip hop de esos años”.
A medida que avanzó el tiempo, nuevos actores entraron al ruedo. Uno de los que logró mayor reconocimiento fue Juan Sativo que, según Chino Máquina, tenía el “talento innato para mostrarse en el freestyle frente a las masas”. Sativo fue el líder de Tiro de Gracia, una banda que ganó discos de oro y de platino con sus álbumes y que, sin duda, fue el primer grupo chileno de rap reconocido a lo largo de América. Pero esa, es otra historia.
Seo2

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1995-2005: del compartir al competir
Poco a poco el arte del freestyle tomó forma en las calles de Santiago y, particularmente, en la Estación Mapocho en la zona centro de la capital. De unos pocos que se reunían en el lugar llegaron a ser cientos que se congregaban cada sábado a improvisar y no solo eso, también a intercambiar cassettes, diseñar grafitis y conversar en torno al hip hop.
Con la llegada de la democracia al país cada día eran más los que retornaban junto a sus hijos desde el exilio. También, con una economía pujante, los chilenos comenzaron a viajar con más frecuencia fuera del país, sobre todo a Estados Unidos, desde donde se comenzó a importar la cultura hiphopera norteamericana. Así lo recuerda Jaus Jarana (Jaus), miembro de la reconocida agrupación Araya Homies Clan: “Cuando tenía 14 años (hoy tiene 37) había mucha ignorancia sobre el hip hop. Yo había visto un documental de la Huamachuco donde salía bailando el Lalo Meneses de Panteras Negras (‘Estrellas de la esquina’, 1986) y ahí dije: ‘¿Dónde mierda queda Huamachuco, cómo puedo llegar a ese lugar a buscar esa cultura si con suerte puedo ir a comprar pan solo?’ Y me quedó el interés”.
Al año siguiente, en 1993, Jaus conoció a los Araya Homies Clan. Este hallazgo le abrió las puertas de par en par al hip hop: “Esos locos tenían mucho rap legal porque viajaban mucho a Estados Unidos. Con ellos vi la primera revista Source, con graffitis, y quedé impresionado. Vi la revista y a Wu Tang Clan… Vi ¡la primera tornamesa! Mis amigos que viajaban y venían de Nueva York, Miami, Washington traían todo eso. Entonces, ahí escuché el freestyle de la boca de Bside (graffitero). Y, después, hacíamos freestyle para divertirnos: uno rimaba cosas chistosas, de cervezas, por ejemplo”. Seo 2 (ex Makiza y host de la Batalla de los Gallos) también reconoce en los “Araya” la influencia en el desarrollo de la improvisación en Chile y los define como “pioneros en el freestyle”.
Casi al final de 1994 el germen de la rima libre y el beatbox comenzó a expandirse por toda la ciudad. Los jóvenes estaban ávidos de conocer más del hip hop y, como consecuencia de esto, no perdían ninguna oportunidad para relacionarse con otros que tuvieran el mismo interés. Así lo recuerda Jaus: “En ese tiempo veías a un hueón con una polera que decía rap o Public Enemy y le dabas la mano. Yo viví esa época en que todos eran amigos. Pasaba un tipo con una polera de House of Pain y nos hacíamos amigos de inmediato”.
Lenwa Dura

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Improvisar mirando el río
Revisando la historia del hip hop en Chile nadie podría definir de manera exacta quién fue el primero que llegó a la cara trasera de la Estación Mapocho –un ex edificio de ferrocarriles en la zona centro de Santiago-, pero lo cierto es que a mediados del ‘95 distintos grupos de jóvenes fueron arribando al lugar. La mayoría de ellos, eran algunos de los que bailaban en Bombero Ossa y que fueron expulsados del lugar por ser “molestosos” para los que vivían en ese sector.
En Mapocho, a un costado del río que cruza toda la ciudad, cada sábado se congregaban cientos de jóvenes en torno al hip hop: a intercambiar cassettes, a diseñar graffitis, pero, sobre todo, a improvisar. Todos los que pasaron por esa zona de Santiago sucumbieron al arte del freestyle. Era la ley: “Una vez llegó el Nelson (Zekis, graffitero) y me dijo: ‘Hola, te presento a mi polola’… Era la Ana (Tijoux) que en esa época cantaba como soul y que también participó”, cuenta Jaus, quien llegó al lugar luego de conocer a Juan Sativo (Tiro de Gracia) que lo invitó.
Seo 2 también cuenta sobre el fervor que había en torno al freestyle y cómo el compartir capitalizaba el conocimiento de los fanáticos del hip hop: “La primera vez que tuve noción de la rima improvisada fue en Estación Mapocho, por el año 1997. En esos tiempos los raperos de todos los rincones de Santiago se juntaban en la parte de atrás de ese lugar cada sábado. Se formaban grupos según los intereses, los breakers hacían sus acrobacias, los graffiteros intercambiaban croqueras y trazaban planes, los Dj’s promocionaban sus eventos y los Mc’s se reunían en un círculo a improvisar”.
Lengua Dura lo recuerda así: “En ese tiempo estaba como muy de moda el freestyle (…) pero después era como algo natural. Cada sábado era una tarde y noche de freestyle y después se fue creando un hábito”. El rapero de Tiro de Gracia recuerda que la mística del lugar era de “compartir más que de competir” y cuenta que había muchos que rimaban para hacer reír a los demás, que no era una improvisación desafiante: “Más que competencia era más mostrar el flow, el estilo. En ese tiempo no había ‘Batallas de los Gallos’ y no se utilizaba tanto el freestyle de combate. Era más para representar de qué barrio eras”.
Luego de tres años de ebullición del hip hop en Chile, muchos empezaron a emigrar de Mapocho: la llegada de cientos de jóvenes asentó el concepto de clikas y aumentó las peleas por notoriedad, a medida que el freestyle se hacía más competitivo. Algunos grupos, como los miembros de Tiro de Gracia, fueron dejando las visitas al lugar luego de haber publicado, bajo el sello EMI en 1997, el disco “Ser hümano!!”; gracias al cual alcanzaron notoriedad pública. Antes de eso, sus discos autoeditados “Homosapiens” y “Arma calibrada” se habían pasado de mano en mano en Mapocho, también el primer disco de Makiza llamado “Vida salvaje”. El viaje a la profesionalización del rap chileno había llegado.
Papitas Freestyle

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2005-2015: de la nueva plaza del freestyle a una final internacional
La primera competencia de la Batalla de Los Gallos en Chile, la masificación del Internet y su influencia en la expansión del freestyle, el ingreso de improvisadores que no provienen del hip hop y el asentamiento en regiones han marcado esta época. También, el fin de un periodo de 30 años de improvisación cuyo hito final será la final internacional en el país.
“Sabes que el mundo se está volviendo loco cuando el mejor rapero es blanco y el mejor golfista es negro”. En 2002, el comediante estadounidense Chris Rock hablaba de Eminem, que con su LP “Marshall Mathers” se colaba entre los cinco discos más vendidos de la historia hip hop. Ese mismo año la película que protagonizó, “8 Mile”, fue estrenada y puso en boca del mundo lo que eran las batallas de improvisación. “La aparición de esta película fue determinante. Ahora tú le preguntas a prácticamente cualquier persona que tenga cable y conoce la película y entiende más o menos de qué se trata el tema (…). Eminem lo puso arriba de la mesa y lo hizo mucho más masivo”, asegura Insano (32 años), el primer MC que ganó una Batalla de los Gallos en el país. Y si en los periodos anteriores los improvisadores eran adolescentes empinándose en la veintena, en esta época cada vez fueron más precoces.
Papita Freestyle (27 años), uno de los reconocidos improvisadores del Chile lo recuerda así: “Cerca de los 11 años fue cuando tuve el encanto de presenciar un freestyle. Estaba en casa de mis abuelos cuando escuché un ruido desde el patio trasero del vecino, me asomé por la pandereta y había un grupo de raperos haciendo improvisación. Habían raperas con trenzas y bototos amarillos, raperos con buzos térmicos completos y con poleras -a modo de bandanas- en la cabeza. Era impresionante la naturalidad de cómo se iba creando y cómo lo hacían, parecía un ritual. Luego de eso, comencé a averiguar de qué se trataba todo eso y empecé a tirar mis primeros freestyle”.
Si en los ochentas existió Bombero Ossa y en los noventas, Mapocho, durante el 2000 no hubo un lugar público que se consolidara para reunir a los improvisadores. La masificación de Internet hizo posible el intercambio de información desde cualquier lugar, sin tener la necesidad de juntarse físicamente. “Aparecieron programas de descarga de música, entonces ya no era necesario este intercambio, de mano en mano, de cassettes. Internet se llevó esta parte romántica de juntarse a freestalear, de juntarse a cambiar revistas. Sin duda, el acceso a información ahora es mucho mayor a lo que teníamos en esa época, lo que finalmente redunda en que hoy hay niños de 15 años que rapean increíble, como antes rapeaba un tipo que tenía 20 años, como mínimo. Ahora hay mucho más acceso a música, lo que amplía el espectro, ayuda a influenciarse y mejora el propio estilo”, asegura Insano.
Pese a que el intercambio público estaba casi obsoleto, hubo zonas que se destacaron por ser atractivas en el desarrollo del freestyle. Una de esas ellas fue el sector de la zona norte de Santiago. Desde ahí nació Papita Freestyle y su colega MC Niel, los que le enseñaron a rapear al hemano pequeño de Niel: Mc Billeta, que a los cuatro ya improvisaba, a los 10 sacó su primer disco firmado por Warner y que a los 13 años se convirtió en el artista más joven en presentarse en el festival Lollapalooza. Hoy tiene una promisoria carrera con solo 16 años.
Insano

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Salida a regiones y representación internacional
El freestyle ya no es exclusivo de Santiago. En regiones también se asienta y que un exponente como Basek, de Valparaíso, fuera el tercer ganador de la Batalla de Los Gallos, era un reflejo del crecimiento de la improvisación en el país. En gran parte, gracias a Internet y a la masificación de la competencia. “La primera vez que escuché un freestyle fue uno de Supernatural que circulaba en Internet, uno por ahí, por el año 2004. Era una interpretación donde imitaba a muchos MC’s conocidos de Estados Unidos (…). En español, fue en la primera Red Bull internacional, donde vi por Internet a Frescolate. Ahí conocí, en 2005, la Batalla de los Gallos y quedé impresionado en cómo este MC bombardeaba al oponente con ideas y respuestas. Ver que alguien lo hacía en español fue algo alucinante”. Cuatro años después Basek sería el ganador de la competencia a nivel nacional.
Insano recuerda cómo fue su acercamiento a la primera de estas competencias que se hicieron en el país. Dice que vio por Internet una batalla en España el 2005, otra en que ganó Frescolate, también que miraba los freestyles de Eminem antes de que fuera mundialmente famoso, antes de que sacara sus discos. Tanto fue su interés que, según cuenta, escribió un mail a Red Bull para saber si alguna vez la competencia se haría en Chile. En 2006 se enteró de que se realizaría en el país. Se inscribió con unos amigos, audicionó y quedó. Le ganó al gran favorito que era Search, un freestyler mayor que él, muy reputado y con gran experiencia en esa época. Una de sus rimas más recordadas fue: “Tengo 22, voh tení como 40 y todavía estái haciendo la misma rima, abúrrete mierda”. Sobre ese momento, recuerda que no tenía nervios porque no tenía la expectativa de ganar. Sin embargo, en la final internacional en Bogotá, Colombia, en noviembre de 2006, dice que sí sintió la presión: “Me fue muy mal. Ahí sí tuve muchos nervios, porque sentí el peso de estar representando al que, según yo, era el movimiento hip hop más avanzado del continente. Siempre me sentí con esa bandera y sentí que era una responsabilidad muy grande. No la supe llevar. Lo que me perjudicó es que me presioné mucho porque quería rapear sin usar chilenismos. Me di cuenta que todos los gallos se entendían, pero a mí no, porque los chilenos hablamos muy distinto. Me mentalicé a no usar el ‘huevón’ y la ‘hueá’. Llegué a la gallera y me quedé en blanco. Lo hice absolutamente mal”.
Al año siguiente, en 2007, tampoco hubo resultados positivos para los chilenos, sin embargo, en 2008 Basek llegó a la semifinal en México. Luego de ese periodo, y cuando Chile volvió a participar en la competencia internacional, en 2013, Stigma llegó a la semifinal en Argentina y en 2014 Kaiser tuvo una reñida batalla en la que perdió la final contra el local, Invert, en Barcelona.
Basek

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La competencia internacional en Chile
Hoy la improvisación ha tomado nuevos rumbos y se ha despegado del hip hop. Si antes era una destreza inherente a los raperos, hoy no es tema único de su jurisdicción. “Los mismos freestylers hoy no manejan conceptos básicos de rap o hip hop. Hoy ser freestyler no implica ser rapero. Hay raperos y hasta reguetoneros, otakus, etcétera”, asegura Basek.
Los contenidos también cambiaron: si en los noventas era hablar sobre lo que sucedía alrededor o temas más abstractos como ideas o emociones, en este período el desarrollo del modo batalla -en la que se ataca al contrincante como en un ring de box- ha marcado el periodo. Así lo afirma Insano: “Hay un avance con respecto a la primera batalla del 2006. Cuando nos presentamos a las audiencias nosotros llegamos con nuestra escuela de freestyle de plaza de barrio, de juntas con amigos, donde no se era tan confrontacional. No existía la cultura de la batalla de freestyle, no había tanto punchline (el remate en donde se intenta ridiculizar al contrincante), como sí existe en las batallas actuales. Yo creo que los freestylers de hoy, como Kaiser, Radamanthys o Sador, están muy enfocados en eso y ni siquiera sacan discos. Ellos, sin duda, hacen algo distinto, principalmente porque se formaron como MC’s conociendo la cultura del freestyle. Entonces, ellos improvisan en pos de la batalla”.
Basek concuerda con Insano diciendo que la evolución del freestyle ha hecho necesario desarrollar diversas destrezas: “Uno no debe ser solo punch, o chistes o frases agresivas, hay que combinar técnicas, métricas, cambios de velocidades, etcétera, sumándoles esa actitud y seguridad”.
Este año la final internacional será en Chile y tiene como máximo representante a Tom Crowley, quien va a tener a un público de miles de personas reunido en la Plaza de la Paz este 13 de diciembre a las 17:00 horas. Sobre el desafío, Insano asegura: “Van a haber miles de personas esperando que él gane, va a tener al público de su lado, lo que es un aliciente, pero creo que es un peso más grande. Si comparo la situación que viví yo (en Colombia) con la situación que va a vivir él, es inevitable echarse el peso de un país encima y todo lo que conlleva eso”.
Fotografías Fruti Valenzuela & Rubén Jeria
Producción Sonido Ácido