Escalada
Descubre cómo el fenómeno de la escalada Alberto Ginés se supera para ganar
Alberto Ginés se ha hecho un nombre preferente en el mundo de las escalada a base de grandes resultados, y eso no ha hecho más que empezar. ¡Descubre todo sobre el escalador español aquí!
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Nunca sentí que fuera el mejor, sólo pensaba en mejorar y ser un poco mejor...
Alberto Ginés López sólo tenía 18 años cuando sorprendió a todo el mundo al conseguir el primer oro de la historia en escalada deportiva en los Juegos de Tokio. Se enfrentó a los profesionales y, contra todo pronóstico, se labró un lugar entre los mejores para hacer historia.
Más información sobre Red Bull Dual Ascent
Alberto se enfrentó a un aluvión de comparaciones con los competidores veteranos, que decían que su victoria había sido suerte. Pero su determinación, su esfuerzo y dedicación en cada entrenamiento y su plan de trabajo a largo plazo revelan que Alberto ha venido para quedarse.
De joven, Alberto superó muchas dudas y fracasos para convertirse en campeón de Europa y ganador de la Copa del Mundo. También participó en la Red Bull Dual Ascent en 2022 y volverá a competir en la edición de 2023 el próximo noviembre. Pero ese no es su objetivo final. A pesar del ruido mediático, Alberto está centrado en conseguir un segundo oro en los Juegos.
36 minutos
Red Bull Dual Ascent: la película
Dieciséis escaladores de talla mundial se enfrentan por parejas en un evento inédito. El español Alberto Ginés y el esloveno Luka Potočar fueron los campeones.
Sigue leyendo para saber cómo planea conseguirlo, pero antes, rebobinemos su periplo...
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El principio
Cuando era joven, su padre, experto escalador, hacía que sus fines de semana estuvieran llenos de aventuras. "En lugar de ser el típico padre que me decía: 'Bájate que te vas a hacer daño', me decía: 'Ponte unas zapatillas de escalada y subirás con más facilidad'. Así fue como empecé", dice. "Y siempre ha sido como un juego para mí y para mi hermana, con la que empecé a escalar".
Cada día hay un nuevo reto, un nuevo misterio que resolver.
La familia Ginés López, afincada en Cáceres, prefería la vida de emociones de la escalada a los viajes a la playa. Esto encendió un fuego en el joven Alberto que se convirtiría en una pasión en toda regla: ser el maestro del rompecabezas de la pared de escalada. "Es un desafío constante, eso es lo bueno de la escalada, siempre tienes retos diferentes cada día", dice. "Siempre me han gustado los rompecabezas, los acertijos y todas esas cosas, y la escalada es un poco así, cada día hay un nuevo reto, un nuevo misterio que resolver".
Resolviendo enigmas
© Will Saunders/Red Bull Content Pool
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Encontrando la dirección
Alberto empezó a escalar sin objetivos, simplemente acompañando a una pandilla de amigos mayores, los amigos de su padre, concretamente. Siete años más tarde, cuando tenía 10 años, entró en su vida el entrenador David Maciá.
El extremeño compaginaba la gimnasia con la escalada pero, gracias al duro entrenamiento de Maciá, Alberto se estaba convirtiendo en un escalador de élite. "Mis amigos me enseñaron a escalar, pero David me enseñó a escalar bien, a entrenar, a gestionar competiciones", dice. "Básicamente me lo enseñó todo".
Pronto tomó la audaz decisión de decir adiós a la gimnasia para progresar en la escalada. Pero Alberto se consideraba un escalador mediocre, y decía: "Nunca me he sentido el mejor, sólo pensaba en mejorar y ser un poco mejor"...
Nunca me he sentido el mejor, sólo pensaba en mejorar y ser un poco mejor...
Alberto Ginés se prepara a fondo
© Javi Pec / Red Bull Content Pool
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En la carretera
Su ciudad natal era un desierto para la escalada, así que el joven Alberto y su padre salían a la carretera todos los fines de semana, a cazar rocas y explorar peñascos que estuvieran a la altura de las florecientes habilidades del chaval. Sus excursiones empezaron por las frescas peñas del oeste de Extremadura, lo que suponía de dos a tres horas de viaje en coche.
Más tarde, sus horizontes se ampliaron a Francia. "Salíamos el viernes, cuando mi padre salía del trabajo y yo del colegio, conducíamos cinco horas hasta Burgos, dormíamos allí y a la mañana siguiente íbamos a Francia", explica Alberto. "Entrenábamos el sábado y el domingo por la mañana, y volvíamos a Cáceres, porque al día siguiente yo tenía colegio y mi padre tenía que trabajar".
La familia de Alberto estaba muy ocupada: su padre trabajaba en la construcción a jornada completa y su madre era auxiliar de enfermería. Su éxito en la escalada no se debe a ninguna riqueza, sino a unos padres con agallas y a una pasión audaz.
A vueltas con los Campeonatos de Europa
© Phil Pham/Red Bull Content Pool
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Un viaje lleno de baches
Definitivamente, Alberto no lo tuvo fácil. "Los primeros campeonatos no fueron bien, no subía ni al podio", dice. "Que nadie se piense que empecé ganando todas las competiciones... Era muy nervioso, lo pasaba mal cuando competía en pruebas internacionales".
Durante una de sus primeras competiciones de la temporada 2014-2015, lloró porque se había caído de las dos primeras rutas y había tenido una mala actuación. "Fue horrible. Un desastre", cuenta.
Pero, a pesar de un comienzo difícil, Alberto se negó a rendirse. Siguió presentándose a competiciones y las medallas no tardaron en llegar.
Subió al podio en los Campeonatos del Mundo y de Europa Juveniles de Escalada IFSC en categoría B en 2017. Luego, en 2018, consiguió un séptimo puesto en su primera prueba de la Copa del Mundo (es sólo el tercer escalador que logra esta hazaña).
Alberto en Red Bull Dual Ascent
© Will Saunders/Red Bull Content Pool
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Familia, amigos y tatuajes
Alberto no sólo está unido a sus padres y a su hermana; sus abuelos también son sus rocas. Su abuela incluso se tatuó los anillos olímpicos, en homenaje a su gran victoria. Ginés admira a su familia de "tanto carácter" y se siente afortunado de "tener una familia maravillosa".
"Quiero a mi familia, me apoyo mucho en ellos, y también en mis amigos que son mi segunda familia", explica. Los amigos de su padre, los que tienen hijos y no les interesa la competición, siguen siendo sus mejores colegas. Aunque vive en Barcelona y sigue una vida de disciplina y entrenamiento, alimenta esas relaciones y sigue muy unido a ellos.
Tiene un par de tatuajes más: una cara sonriente en la pierna, Naruto y Jiraya [de su serie favorita], y "sic paris magna", una frase latina que significa "la grandeza viene de los pequeños comienzos".
Además, nuestro escalador también es un aficionado a la comida. Si lo sacas de su plan de dieta, ¡comerá cualquier cosa!
Cuando me clasifiqué para la final, rompí a llorar.
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Una gloria inesperada
Tras una serie de victorias, llegó el billete dorado a Tokio. Alberto trazó una estrategia clara con su entrenador: "Velocidad más ventaja igual a medalla" era su fórmula. Superando los problemas asociados a una pandemia y a la falta de unas instalaciones fijas de entrenamiento, Ginés se embolsó el primer oro de la historia del evento.
Recordando el momento de gloria, dice: "Cuando me clasifiqué para la final, se me saltaron las lágrimas porque había conseguido el objetivo en el que llevaba trabajando tres o cuatro años, algunas personas pasan muchos más años, ¡pero para mí fue un gran porcentaje de años!".
"Llegué a la final y gané, sin más. Fue todo inesperado, yo no me lo podía creer, David tampoco, ninguno de los dos reaccionó".
Alberto surgió de la oscuridad, más allá de todas las expectativas, pero inmediatamente se vio sumido en la ansiedad tras Tokio. "Hubo un poco de vacío durante unos meses", explica. "¿Qué hago ahora? ¿Cómo reenfoco mi vida si he logrado el siguiente objetivo de mi vida?". Buscó terapia y ha recuperado el ánimo.
La primera de un montón más de medallas
© Phil Pham / Red Bull Content Pool
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Planes de futuro
Alberto no es un gran planificador, pero sabe hacia dónde se dirige. "Tengo proyectos pequeños y grandes, incluida la preparación para los Juegos, pero no tengo nada enorme en mente", dice. "No me gusta hacer planes a largo plazo, porque luego si no salen bien te decepcionas. Prefiero vivir el día a día".
Pero tiene otros objetivos en mente, como licenciarse en fisioterapia y aprender inglés. También espera construir en el futuro una academia de escalada para niños.
"Sal a competir como si te diera igual y disfruta", es el lema con el que Alberto compite ahora mismo. Con su pasión y perseverancia, López aspira a ganar los mayores eventos, agarre a agarre, medalla a medalla. ¡Mucha suerte para él!
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