Solo hay un puñado de ellos en el mundo. Un pequeño grupo de arquitectos e ingenieros especializados en el diseño de circuitos de Fórmula 1. Entre ellos se encuentra la compañía Architecture 54, que se encarga desde hace 12 años del mantenimiento, la renovación y la modernización del circuito francés de Paul Ricard.
Todo comenzó en 2008, cuando la empresa recibió una llamada telefónica de Le Castellet. El circuito necesitaba una grada nueva de 4.400 asientos. A pesar de su falta de experiencia en el mundo del motor, Thierry Lombardi, fundador de Architecture 54, aceptó. "Como arquitectos tenemos la capacidad de integrar la normativa técnica, la urbanística y los modos de diseño", explica.
En un tiempo récord la empresa cumplió su misión. Fue el comienzo de una larga colaboración. "Enseguida nació el proyecto de un circuito adicional y yo me encargué de diseñarlo. Trabajé en él durante algo menos de un año antes de que se abandonara por motivos económicos y se convirtiera en un Centro de Conducción más pequeño, adyacente al circuito. Fue nuestro primer gran proyecto".
Las normas que hay que respetar
Como en cualquier obra de esta envergadura, es evidente que el arquitecto no trabaja solo en el diseño de un circuito. "Es el director de una orquesta con un gran número de especialistas", explica Thierry Lombardi. Y antes de esbozar las primeras curvas, hay que respetar una serie de criterios. "Para cualquier tipo de proyecto, desde hoteles hasta restaurantes, y por tanto para el circuito, hay una normativa muy precisa y complicada".
Las normas afectan a cuestiones como la seguridad, la velocidad de la pista, las distancias de frenado, la colocación de los pianos en las curvas, el radio de giro, la longitud mínima de las rectas, las secuencias que hay que planificar, la distancia que hay que respetar entre la línea de salida y la primera curva… En definitiva, todo un cúmulo de parámetros que van acotando el diseño, a lo que a veces se añaden otros condicionantes como el tamaño del terreno, que puede definir la forma que tendrá el circuito.
Cómo diseñar curvas mágicas
Aunque las líneas de la pista (curvas, rectas, etc.) son diseñadas por el arquitecto, se trazan tras un largo análisis de los circuitos existentes y consultar con muchos especialistas diferentes: "En lo que respecta al diseño, trabajamos mucho por analogía", explica el arquitecto Thierry Lombardi. Antes de cada proyecto, él y su equipo analizan toda una serie de circuitos y se inspiran en los que mejor funcionan en el mundo, sobre todo en términos de adelantamientos.
Cuando en 2016 Thierry Lombardi y su empresa fueron contactados para rehacer tres curvas del circuito de Paul Ricard, con vistas al Gran Premio de Francia de F1 en 2018, estudiaron un montón de secuencias de curvas izquierda-derecha y ampliaciones de la anchura del trazado... "Nos dimos cuenta de que en los nuevos circuitos de F1, sobre todo en Austin (EEUU), hay una anchura extra justo a la entrada de las curvas. Pasamos de 12 a 20 metros de ancho para facilitar los adelantamientos. Así que tuvimos en cuenta todo eso antes de hacerlo en la chicanes de Verrerie, Pont y Castellet Norte".
Los adelantamientos son, por tanto, una de las cuestiones cruciales en el diseño de un circuito, un asunto que tiene un enorme grado de complejidad. "En los circuitos de coches, los radios son constantes en las curvas grandes, mientras que en el motociclismo se buscan secuencias más técnicas", explicó Thierry Lombardi.
"Siempre nos dejamos aconsejar por uno o varios pilotos, por el director de carrera y por varios asesores, porque los pilotos y los directores de carrera utilizan el instinto. Una vez que se ha validado el diseño del trazado, es el momento de realizar un modelo en 3D, sobre el que se realizan distintas simulaciones antes de empezar las obras”, explica.
Es muy importante preguntarse qué ocurre en la pista, pero también qué pasa a su alrededor.
Por supuesto, un circuito no es solo una pista diseñada para los pilotos. "Cuando imaginamos un circuito, es muy importante preguntarse qué ocurre en la pista, pero también qué pasa a su alrededor", insiste el arquitecto. "El éxito de una pista no solo depende de lo que hagan los coches en ella, sino que también hay que tener en cuenta lo que ocurre junto a ella. No es solo el diseño de un trazado, es el diseño de un sitio que sea funcional. El verdadero trabajo del arquitecto es conocer las necesidades, entenderlas, y construirlas", añadió Thierry Lombardi.