“Para la gente que no conozca el estilo, el Memphis Jookin consiste en una serie deslizamientos, giros y saltos sobre los pies que son propios de esta ciudad. Lo que hace que el Jookin sea muy original es cómo vamos de un lugar a otro y la manera en la que nos movemos por el suelo”.
Cuando tenía 11 años Lil Buck descubrió el Memphis Jookin y se propuso marcar su impronta en la escena. Gracias a una gran voluntad y paciencia, dedicó su tiempo a perfeccionar los movimientos típicos del género a los que les dio su propio toque artístico.
“El Jookin era un diamante en bruto. Era crudo, real y pandillero”.
“El Jookin era un diamante en bruto. Era crudo, real y pandillero. Solo había visto bailar a gente como Michael Jackson en cintas de vídeo VHS, artistas que llevaban una vida de grandes estrellas que estaba fuera de mi alcance. Así que cuando vi que el Jookin se practicaba en mi barrio y que lo hacía gente como yo, quedé impresionado. A partir de ese momento supe que no todo estaba perdido”.
Lil Buck, junto con otros artistas del Memphis Jookin, fue formando cada vez más parte integral de esta escena. Contribuyó a que el movimiento y el hip-hop de Memphis se hicieran famosos, además de ayudar a los jóvenes de los barrios más pobres.
A pesar de que tenía un buen expediente académico, Lil Buck no encajaba en el molde de la escuela pública. Aunque creció pobre asegura que fue el baile lo que lo mantuvo feliz. Gracias al apoyo de su madre y a su habilidad consiguió una plaza en una escuela de arte llamada "Yo Memphis Academy". Lil Buck cambió los movimientos de hip-hop por clases de ballet, logró un puesto en la compañía Subculture Royalty y se formó bajo algunas de las más poderosas influencias del momento.
“En aquella época ya practicaba el Jookin y era capaz de sorprender a la gente pero me quedaba mucho por aprender”, dice Lil Buck. Entonces conoció a Terran Noir, la directora de la compañía Subculture Royalty, quien lo introdujo en el mundo de la coreografía. “Terran Noir empezó a ayudarme al ver mi potencial y me enseñó el valor de la disciplina. Mi tiempo con la compañía me transformó porque aprendí a moverme de manera sincronizada con el resto de los bailarines. Aprendí a sentir lo que estaban sintiendo a través de la coreografía”.
Podrías pensar que Lil Buck estaba olvidando sus raíces pero nada más lejos de la realidad. El artista siempre muestra su respeto por los pioneros: “Gente como Daniel Price, Dr Rico, G-Nerd y King Keviorr me sirvieron de inspiración. No se habla lo suficiente de esos bailarines. El Memphis Jookin consiste en aprovechar tu personalidad, debes ser capaz de hacer movimientos sobre la marcha”.
Cuando tenía 20 años Lil Buck dejó Memphis y se fue a vivir a Los Ángeles llevando 100 dólares en el bolsillo. Había conocido a un fan por internet que le dejó quedarse en su casa a cambio de que cada mañana le diese clases de Memphis Jookin.
Lil Buck no solo logró la fama sino que consiguió que el Memphis Jookin fuese conocido por todo el globo.
Tras llevar una década en Hollywood, Lil Buck ha trabajado con Spike Jonze y Yo-Yo Ma. Ha bailado delante de cuadros de Picasso y Matisse en vídeos de Louis Vuitton y Vogue. He incluso ha actuado en la Super Bowl con Madonna.
De todas maneras, nunca ha abandonado la ciudad de Memphis y una de sus actuaciones más importantes fue en el lugar donde empezó todo: “Mucha gente no lo sabe pero mi salto a la fama fue a raíz de un vídeo de Janelle Monae del que hice la coreografía. Tenía una canción llamada Tightrope. Se puso en contacto con la comunidad del Memphis Jookin para que alguien le ayudase con la coreografía y al final me eligió a mí. En Tightrope se puede ver uno de mis típicos movimientos. Trabajar con ella en su estudio fue algo mágico. Ha sido una de las experiencias más memorables de mi vida”.
Los movimientos de Lil Buck le llevaron a ser nominado para un premio de la MTV a la mejor coreografía en un vídeo musical. Se convirtió en el primer bailarín callejero en tener una colección con Versace y unos pantalones de deporte Jordan Fly Knits con su nombre grabado.
Como coreógrafo ha trabajado con el Ballet X, además de con compañías de danza moderna como The Martha Graham Company y Hubbard Street Dance Chicago. Ha ayudado a bailarines a moverse de una manera que nunca pensaron que fuera posible.
“Como coreógrafo lo que me sigue dando el mayor chute de adrenalina es el comienzo. Entrar en terreno desconocido”
“Mi mayor inspiración me viene de la música, me encanta el rap. Por suerte hay muchas cosas que me apasionan y no solo me limito a eso. Tengo una creatividad que quiero sacar afuera y a menudo no me basta solo con el hip-hop”.
Lil Buck también habla de su experiencia como coreógrafo con la Hubbard Street Dance Chicago: “El tiempo que pasé allí fue muy especial. Pude experimentar con cosas nuevas y ejecutarlas de forma instantánea. Podía entender mis ideas por muy complicadas que pareciesen para luego unir esos movimientos con la música… Me sentí como un niño en una tienda de golosinas”.
Los estudiantes de Lil Buck no son los únicos que tienen que salir de su zona de confort. El artista dice que hay una pieza especial que probablemente nunca será superada: “La primera vez que colaboré con Yo-Yo Ma para mi pieza El Cisne fue increíble. Allí me di cuenta del poder de la colaboración artística, el efecto que tenía cuando se juntaban dos mundos. Yo, un bailarín callejero, y Yo-Yo Ma, uno de los mejores intérpretes de música clásica. Todo ello grabado por Spike Jonze con un iPhone. Es uno de los momentos de mi vida del que más orgulloso estoy”.
“Como coreógrafo lo que me sigue dando el mayor chute de adrenalina es el comienzo. Entrar en terreno desconocido. En lo que respecta a mis bailarines, lo que les pido es que mantengan un canal abierto que les permita descubrir y recibir inspiración. Quiero que sean una esponja creativa como yo. No quiero que rechacen algo porque no se sientan cómodos haciéndolo”.
Para aquellos que aún no lo hayan visto trabajar, ya sean novatos o veteranos, pueden echarle un vistazo a sus clases en Instagram.
“Para que mejorase mi baile tenía que perseguir lo que realmente quería en la vida”.
“Para la mayoría de los bailarines que comienzan todo se mueve muy deprisa. Debido a las redes sociales hay mucha gente que busca una gratificación inmediata y convertirse en famosos de la noche a la mañana. Cuando llegué a Memphis no tenía el lujo de las redes sociales, tuve que ir poco a poco. Lo que es duro porque no ganas mucho dinero, pero cuando eres un chaval no lo necesitas. Ahora es el momento de aprender, absorber y trabajar a tope en el estudio. Luego llegará la fama y el dinero”.
Lil Buck acaba con esta reflexión: “Para que mejorase mi baile tenía que perseguir lo que realmente quería en la vida, daba igual los obstáculos que tuviese en mi camino. No viene mal tener un poco de suerte y hubo muchos momentos en los que tuve suerte, pero si soy honesto tengo que decir que fue la fuerza de la atracción que funcionó a mi favor. Nunca me he dejado llevar por la negatividad. Lo que me ha hecho continuar ha sido disciplina, pasión, empuje, paciencia, persistencia, ética de trabajo y suerte. Con todo eso pude llegar hasta donde estoy hoy”.