Hay algo en un bailarín con musicalidad que es increíble de ver. Los bailarines que se dejan llevar por la emoción de la música que bailan en lugar de limitarse a ejecutar los pasos de la coreografía son los que hacen que un espectáculo de danza se convierta en una historia emocional.
¿Qué es lo que hace que la musicalidad sea tan esencial para que una actuación sea capaz de conmover? Es la capacidad del bailarín para captar el estado de ánimo y la progresión emotiva de cada acorde y nota de una partitura e interpretarla de forma física en una actuación. Pero la musicalidad en la danza no se limita a eso.
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Musicalidad
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¿Por qué la musicalidad es tan importante en la danza?
La musicalidad es esencial para sentir la música y representarla a través de los movimientos. También ayuda a inspirar movimientos nuevos y frescos que quizá no habías pensado que formaran parte de la rutina. Cuando conectes con tu musicalidad y sientas la música, empezarás a encontrar tu propia forma de expresarte y tu propia dinámica única en el contexto de la coreografía que crees.
Cuando incorporas mayor musicalidad a tus pasos de baile, los movimientos que realizas dejan de ser mecánicos y adquieren la fluidez de los diferentes estados de ánimo y tonos de la partitura. En última instancia, esto se refleja en la forma en que conectas cada movimiento que incorporas a tu danza.
Cómo desarrollar tu musicalidad en la danza
Aunque nunca hayas tocado un instrumento ni hayas aprendido a leer música, puedes perfeccionar tu musicalidad. Sólo hace falta algo de práctica. Uno de los elementos más importantes que debes adoptar mientras desarrollas tu capacidad para fluir dentro de la música es tu identidad dentro de la danza. Adoptar la emoción de una canción como propia, creando tu propia identidad a través de la partitura, puede ser uno de los elementos más cruciales para desarrollar tu musicalidad.
Fabgirl dice: "Una de las primeras cosas que aprendí de la danza fue la importancia de la identidad, ¿sabes?". Aunque se refiera a su amor por el baile y no a la musicalidad en concreto, sigue siendo una de esas cosas que necesitas crear dentro de tu relación con la música para sacarla a relucir en tus movimientos de baile. Crea esta identidad dentro de ti mismo estudiando diferentes tipos de música para conseguir una sensación de todo el estado de ánimo de la misma. Te darás cuenta de que cuanto más hagas esto, más querrás expresar lo que la música te hace sentir.
Experimentar con el fraseo de la música
Además de encontrar la emoción en la música que quieres bailar, tendrás que experimentar con los acentos, los ritmos y los tempos de una canción. Esto es el fraseo de la música. En otras palabras, es la forma en que se elabora cada compás de una canción. Experimentar con cada elemento mecánico de una canción con diferentes movimientos también puede ser una forma excelente de sacar a relucir tu visión única de la musicalidad en la danza.
Escucha la música en busca de acentos dentro del ritmo de la misma, notas sincopadas o que suenen cortas y largas, y tonos mayores y menores (alegres y tristes, respectivamente). A medida que te adentres en la partitura, puedes empezar a mover tu cuerpo según lo que te haga sentir cada uno de estos elementos. Prueba a hacer diferentes movimientos con elementos musicales como notas cortas y rápidas, notas largas y tonalidades que revelen diferentes estados de ánimo, como melodías agridulces profundamente emotivas o progresiones de acordes alegres.
Desarrolla tu oído musical
Puedes desarrollar tu oído musical tanto si eres músico como si no. Si te apasiona, aprende un instrumento que te emocione con su sonido, como la guitarra, el piano o el bajo. Si eso no es lo tuyo, puedes seguir entrenando tu oído para la música en su totalidad yendo a conciertos en directo, estudiando grabaciones de actuaciones y escuchando sinfonías. Cada instrumento tiene su propio atractivo y sonido, y cuando experimentas con muchos tipos de música, puedes encontrar conexiones profundas con diferentes canciones y estilos que hacen aflorar el espíritu de baile que tienes de forma natural.
Cuando escuches la música, fíjate en el modo en que los distintos instrumentos de las canciones suben y bajan, se hacen más fuertes o más suaves, o adoptan distintos estados de ánimo a lo largo de la partitura. Utiliza esto como base para dejarte llevar por la sensación. Escucha los tonos brillantes y las resonancias más profundas, y deja que tu oído guíe tus pasos de baile mientras te concentras en estos diversos sonidos.
Desarrollar la musicalidad sólo requiere práctica y dedicación. Si vienes de un entorno de danza con un enfoque más mecánico de la coreografía, intenta eliminar parte de esa formalidad a la hora de elegir nueva música para desarrollar una danza. Deja que la música te diga cómo será la danza y estarás mucho más cerca de la verdadera musicalidad en tu baile.