Seguro que te has dado cuenta de que los coches de Fórmula 1 -algunos más que otros- rebotan mucho en las rectas este año. Esto tiene poco que ver con el desnivel de la superficie de la pista. No, es una consecuencia directa de las normas técnicas que se han aplicado este año para mejorar las carreras. Para que los pilotos tengan más posibilidades de luchar entre sí, este año ya no hay innumerables alerones y spoilers que presionen el coche contra el asfalto. En su lugar, se utiliza el principio del "efecto suelo".
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¿Qué es el efecto suelo?
Para entender el significado de porpoising, demos primero un paso atrás. Es hora de un curso de actualización sobre el efecto suelo. Así se denomina la forma en que se manipula el aire para crear carga aerodinámica (y, por tanto, agarre) y hacer que un coche de F1 pase por una curva lo más rápido posible. A diferencia de los años anteriores, el efecto suelo consiste en enviar el aire por debajo del coche lo máximo posible, creando un vacío. El resultado es que el coche es, por así decirlo, succionado contra el asfalto. Una ventaja adicional: provoca mucho menos aire sucio, por lo que los pilotos pueden correr más cerca unos de otros sin perder agarre. Práctico, ¿no?
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¿Qué es el porpoising?
No es muy conveniente. El efecto suelo también tiene sus inconvenientes, siendo el principal el porpoising. Las rectas de 2,22 kilómetros del circuito urbano de Bakú dejaron al descubierto el problema en el Gran Premio de Azerbaiyán. Como si fueran pelotas que rebotan, los coches saltaban repetidamente sobre la recta línea de meta durante 51 vueltas. Es una pesadilla para algunos pilotos. Sin ninguna amortiguación en los coches de F1, las fuerzas se ejercen principalmente sobre la carrocería. Les cuesta salir del coche, el dolor de espalda se impone: ya es hora de una merecida visita al fisioterapeuta.
¿Cómo es posible que los coches de F1 reboten así? Bueno, el efecto suelo es el culpable. A altas velocidades, hay un exceso de corrientes de aire que quieren pasar por debajo del coche. En un momento determinado, normalmente por encima de los 250 km/h, se produce una especie de cortocircuito. A esas velocidades, el efecto suelo es tan alto que el suelo del coche es aspirado muy cerca del asfalto. Hay un punto de inflexión en el que se corta el flujo de aire. La carga aerodinámica desaparece de repente, haciendo que la suspensión devuelva el coche a su altura normal. Esto crea un ciclo de vibración aerodinámica que envía la parte delantera y trasera del coche hacia arriba y hacia abajo como un balancín, hasta que se frena. Este fenómeno se conoce como "porpoising", en referencia a la forma en que las marsopas y los delfines saltan por encima del agua.
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¿Cómo se puede solucionar el problema del porpoising?
Hay varias formas de resolver el problema del porpoising. La respuesta sencilla a los problemas de rebote es cambiar la altura del coche. Al poner el coche más alto sobre sus ruedas, el efecto suelo disminuye y el coche sufre menos porpoising. La desventaja es que esto se traduce en una reducción de la carga aerodinámica y, por tanto, de la velocidad en las curvas. Y, por tanto, tiempos de vuelta más lentos. Esto no es lo que quieren los equipos. Mientras el piloto pueda soportar los golpes, siempre intentará maximizar la carga aerodinámica para que el coche sea lo más rápido posible.
La solución, compleja y que requiere mucho tiempo, consiste en ajustar el suelo del coche de forma que se nivelen los efectos del porpoising. El problema es que el porpoising es casi imposible de simular en el túnel de viento o en los programas de diseño que utilizan los equipos de F1. No sabes si los ajustes tendrán el efecto deseado hasta que estés en la pista. Lo que lo hace aún más difícil es que los efectos del porpoising son más extremos en algunas pistas que en otras.
Con el tiempo, los equipos encontrarán sin duda una solución para que el porpoising vuelva a ser un término del pasado, pero hasta que lo hagan, tendrán que aprender a lidiar con él. Red Bull Racing parece tener ya las cosas bastante resueltas en comparación con la competencia, ¿ayudará esto a Max Verstappen a ganar su segundo título mundial consecutivo? Solo podemos esperar y ver...
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La FIA interviene
Tras el Gran Premio de Azerbaiyán -y ante la insistencia de varios equipos- la FIA cree que ha llegado el momento de intervenir. Por razones de seguridad, el organismo rector de la F1 ha presentado la llamada "Directiva Técnica", un conjunto de medidas para frenar el porpoising. La FIA pretende atajar el problema:
- Inspeccionar cuidadosamente las tablas del suelo y los "skids" de los coches para comprobar su desgaste.
- Establecer un límite en la cantidad máxima de vibración aerodinámica que pueden experimentar los coches.
La FIA ha hablado con varios médicos y ha llegado a la conclusión de que el porpoising es demasiado peligroso para los pilotos. El conductor debe ser capaz de concentrarse en su tarea. La fatiga o el dolor excesivos pueden tener consecuencias importantes y provocar una pérdida de concentración". Además, la FIA está preocupada por la salud física de los pilotos, ya que varios de ellos se han quejado de dolores de espalda.