Rally
Sainz VS Sainz: el duelo definitivo
¿Te imaginas a padre e hijo enfrentándose en dos cars-cross? Pues mejor que veas esto.
¿Qué pasaría si ponemos a Carlos Sainz, la leyenda de los rallies, y Carlos Sainz, la sensación de la F1, a bordo de dos car-cross de 170cv de potencia y apenas 300kgs de peso? El resultado es una auténtica exhibición de control y velocidad por parte de los dos. Y, en el caso del piloto del ‘gran circo’, se ve claramente que lleva en su ADN el control de las derrapadas, por más que en su día a día sea una técnica que deba ignorar en pro de la efectividad en el paso por curva. La prueba, este vídeo:
2 minutos
Sainz vs Sainz: el duelo definitivo
¿Te imaginas a padre e hijo enfrentándose en dos cars-cross? Pues mejor que veas esto.
Siempre encontramos algún hueco para competir, y cuando lo hacemos es a muerte, aunque con respeto y sin querer hacernos daño.
1000cc, 170cv y 300kg. Los car-cross de los Sainz
© David Agüero
Preparándose para el duelo
© Óscar Carrascosa
Imbuido en el ambiente de la competición desde niño, el piloto de F1 destaca de su progenitor, como piloto, “su talento y atención al detalle”. “Sin talento es imposible triunfar. Pero lo que le ha hecho grande son sus ganas de ganar, su perseverancia, saber cómo poner un coche a punto, fijarse hasta el mínimo detalle del coche”, explica. El campeón del Dakar identifica varias de esas cualidades en su hijo: “Es un piloto extremadamente rápido, un gran talento. Nunca deja de aprender, de formarse y, para su edad, tiene ya una buena experiencia. Creo que tiene un gran futuro por delante”, vaticina.
Sainz vs Sainz: ¡Empieza el duelo!
© Óscar Carrascosa
Dos generaciones rueda a rueda
© Óscar Carrascosa
Al fondo, el menor de los Sainz apurando al máximo
© Óscar Carrascosa
Carlos Sainz en la oficina
© Óscar Carrascosa
A bordo de un car-cross la ventaja es para el campeón de rallies, aunque cree que su hijo se ha beneficiado de la experiencia de pilotar estos bólidos: “Son máquinas divertidas y creo que de niño le vino bien para coger sensaciones y un poco de car-control”, señala. Su hijo confirma las sensaciones de pilotaje: “En un car-cross vas todo el rato pilotando por ‘feeling’, vas notando en el volante, en el culo, cómo se va yendo la parte de atrás del coche… es muy diferente a lo que yo hago, pero lo disfruto mucho”.
Y el ganador es... ¡Carlos Sainz!
© Óscar Carrascosa
La revancha, en asfalto
© Óscar Carrascosa