Paracaidismo
Stratos en cifras: las claves del salto espacial de Felix Baumgartner
Estas son las cifras clave -y la historia que hay detrás de ellas- de Red Bull Stratos, la caída libre desde el espacio que cautivó a millones de personas hace 10 años.
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El traje espacial de Felix Baumgartner tuvo que ser diseñado para temperaturas de -72°C. Creado por David Clark Company, su forma sorprendentemente poco voluminosa ha contribuido a dar forma a los trajes de los pilotos de las Fuerzas Aéreas y de los astronautas. Baumgartner explica: "Al reducir la presión, tienes mucha más movilidad, algo que todos los pilotos aprecian en el ejército al usar un traje como éste que todo resulta un poco más fino. Así que ya no es tan voluminoso. Hay muchos estudios de nuestro salto de la estratosfera que se han aplicado a los militares".
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El objetivo era convertirse en el primer humano en viajar a Mach 1 o la velocidad del sonido sin un avión. Félix tardó solo 34 segundos en alcanzar la velocidad supersónica, ya que llegó a una velocidad máxima de 844 mph (1.358 km/h). Mirando hacia atrás, dice: "Quería ser el primer humano fuera de un avión que rompiera la barrera del sonido".
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Baumgartner tenía solo cinco años cuando hizo un dibujo de sí mismo colgado debajo de un paracaídas. Resultó ser una obra de arte profética, ya que su madre se lo enseñó por primera vez un año después del Red Bull Stratos. Al reflexionar, dijo: "A los cinco años ni siquiera piensas en hacer paracaidismo ni en batir ningún récord, pero parece que ya había algo en mi mente que crecía como una semilla que se planta en algún sitio. Mirar esa foto y saber que ocurrió 40 años después es bastante impresionante".
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La cantidad de horas que tuvo que pasar con el visor cerrado, un escollo psicológico que podría haber acabado con todo el proyecto. "Se convirtió en una pesadilla en un momento dado porque empecé a sentir ansiedad, claustrofobia. Veía el traje como mi peor enemigo en todo momento. Es difícil respirar dentro de un casco así. Es casi como si respiraras a través de una almohada".
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El número de minutos que tardó en volver a la Tierra desde su cápsula, la mitad de los cuales los pasó en caída libre. Su traje espacial presurizado contaba con 20 minutos de oxígeno, lo que le permitió estar en la entonces despresurizada cabina antes del despegue y para el propio vuelo.
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El día de octubre de 2012 en que realizó el histórico salto. Tal era el nerviosismo que apenas durmió la noche anterior y se levantó a las 2 de la mañana para prepararse para la expedición. Tras la adrenalina y la euforia del salto, llegó a ver el amanecer de la mañana siguiente.
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La edad en que efectivamente empezó su viaje hacia el espacio. Fue entonces cuando se ató un paracaídas por primera vez y saltó de un avión, lo que le llevó a su vez a su carrera de salto BASE y luego a Red Bull Stratos. "Demostré que un paracaidista puede venir de una familia normal. Mi madre creció en una granja, con 15 hermanos. Mi padre es carpintero y yo me até un paracaídas a los 16 años".
Felix Baumgartner realiza las comprobaciones de seguridad previas al vuelo
© Jorg Mitter/Red Bull Content Pool
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El globo que le llevó al espacio era enorme, del tamaño de 33 campos de fútbol y dos veces más alto que el cohete Saturno V que utilizaron para las misiones Apolo a la Luna. Era 10 veces más delgado que una bolsa de sándwiches, pero, lleno de helio, pesaba 1.682 kg y transportaba 835.000 metros cúbicos cuando estaba lleno. Los primeros 914 metros del ascenso fueron críticos, conocidos por el equipo como "el tramo de la muerte". En total, se necesitaron entre 18 y 20 personas para mover el globo con mucha delicadeza para evitar cualquier daño.
39.969,4
La altura en metros desde la que cayó a la tierra, o sea 127.852,4 pies. La fragilidad del globo hizo que se mantuviera por debajo de los 40.000 metros. Como recordaba Baumgartner: "Casi se desgarra. Por eso tuvimos que bajar un poco".
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63.000
La altitud, en pies, de la línea de Armstrong donde la sangre empieza a hervir si no es dentro de un traje presurizado. Comenzó su vuelo desde el doble de esa altura. A los 62.000 pies (19.000 m), después de haber volado por el aire, se estabilizó en el aire más denso y disfrutó de la experiencia a partir de ahí. Recuerda: "Tengo el problema resuelto. Fue realmente el primer momento en el que tuve tiempo de disfrutar de la belleza de la naturaleza".