Lo consiguió. David Lama ha coronado el majestuoso Lunag Ri de Nepal. De esta manera, se ha convertido en el primer montañero en conseguirlo. Todo comenzó hace ya varios años cuando realizó su primera expedición a Nepal, la patria de su padre. Aquí te contamos cómo lo logró.
2015: Una visita al hogar paterno
En 2015, antes de su expedición al Lunag Ri, David Lama visitó Phablu, el pueblo natal de su padre, Rinzi. Hacía poco tiempo que Nepal había sufrido un terremoto que había dañado el hogar de Rinzi.
Después de aquella visita, Lama y Conrad Anker, el legendario alpinista estadounidense, fueron al Lunag Ri, una de las montañas de Nepal que aún quedaba por conquistar. Ambos llegaron hasta una nueva altura pero debido a errores tácticos tuvieron que descender cuando estaban a 300 metros de la cima.
2016: Segundo intento
Lama y Anker regresaron al Lunag Ri para completar el ascenso. El año anterior casi lo habían logrado así que eran muy optimistas… Pero no tenían ni idea de lo que les esperaba.
Por desgracia, durante la misión Anker sufrió un ataque al corazón y fue necesario abortar el intento. El paciente fue transportado en avión a Katmandú donde fue operado. Mientras, Lama decidió intentar coronar la montaña en solitario. En solo dos días llegó hasta donde habían tenido que abandonar el año anterior. Incluso subió un poco más arriba, pero estaba agotado y se vio obligado a tirar la toalla.
2017: Tiempo de espera
A pesar de la frustración de haber estado tan cerca de alcanzar el objetivo, Lama no se dio por vencido. Pero por otro lado quería dar a Anker la posibilidad de recuperarse para ver si deseaba volver a formar parte del proyecto. Así que durante el año 2017 Lama decidió olvidarse un poco del Lunag Ri y se concentró en su segundo intento de conquistar la cara sureste del Annapurna III.
2018: A la cima
Anker le dijo a Lama que no iba a volver al Lunag Ri porque no quería que su familia volviese a pasar por la tensión que suponía otro intento. Así que David Lama decidió realizar el proyecto en solitario. Para ello se preparó durante más de seis meses. Tras tres años de intentos por fin se convirtió en el primer ser humano en coronar el Lunag Ri.
“En los últimos metros caminé sobre la nieve apelmazada por el viento que había encima de las rocas de granito. Pensaba que tenía de alguna manera que grabar en mi interior cada momento pero mis pensamientos estaban como vacíos. Sabía que no podía permitirme el más mínimo error. La concentración era tal que me sentía exhausto”, recuerda Lama.
“Ya solo faltaban unos pocos pasos. Tenía al alcance coronar el Lunag Ri. Recuerdo cómo Conrad y yo nos sentamos en la tienda en 2015 con los prismáticos en la mano. Nos preguntábamos si lo que veíamos encima era la cumbre. En esos pocos años habían pasado muchas cosas y eso fue lo que me ayudó a que esos últimos pasos fuesen tan especiales”.
“Al llegar arriba me quedé quieto. Me parecía muy extraño que de repente ya no tuviese más terreno por el que ascender. Caí de rodillas, cansado y feliz. Me acordé de Conrad. Era la única persona con la que me habría gustado compartir aquel momento. Luego pasó la emoción porque era consciente de que debía descender todo lo que pudiese. Había alcanzado mi objetivo, pero solo lo iba a saborear de verdad una vez que hubiese bajado de la montaña”.