Una imagen de unas piernas llenas de rasguños después de participar en el Maratón de Barkley.
© Jeremy Liebman
Running

El ultramaratón diseñado para que nadie lo termine

El maratón de Barkley, fundado en 1986, es casi imposible de completar. Un atleta nos cuenta qué hace falta para superar los 160 km en Tennessee, EE.UU.
Por Stephen Lewis
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“Es difícil encontrar algo que esté tan cerca de lo imposible”, dice Lazarus Lake (cuyo verdadero nombre es Gary Cantrell). Esta persona es el creador del maratón de Barkley que ha sido definido como “una aventura satánica de running”.
El ultramaratón se celebra desde 1986, pero se hizo famoso en 2014 gracias al documental titulado: The Barkley Marathons: The Race That Eats Its Young. A partir de ahí la prueba empezó a ser conocida.
Incluso la inscripción está bloqueada, para ello tienes que mandar un correo electrónico a Lazarus un día determinado con un escrito explicándole por qué debe escogerte, además de pagar 1,60 dólares. Si eres uno de los 40 ‘afortunados’, recibirás una carta de pésame en la que se te da la bienvenida a la prueba. Los principiantes deberán traer una matrícula de coche del estado de donde vengan. En el Frozen Head State Park de Tennessee se les proporciona un mapa de la carrera.
Nicky Spinks posa con su dorsal antes del comienzo del maratón de Barkley.

Nicky Spinks en la zona del comienzo de la carrera

© Nicky Spinks

Cada año la ruta de la carrera cambia un poco. Hasta ahora solo 15 personas han terminado dentro del límite de tiempo y cada vez Lazarus hace la prueba más difícil. El comienzo puede ser en cualquier momento entre la medianoche y el mediodía y se anuncia con una hora de antelación. Los relojes con GPS y los móviles están prohibidos. Todo ha sido preparado para que los corredores fracasen, pero este maratón engancha tanto como sus mortíferas zarzas.
El evento de este año se celebró el último fin de semana de marzo y contó con la participación de una británica, dispuesta a dar las cinco vueltas al circuito de 32 km, una gesta para la que hacen falta 60 horas. A lo largo del circuito se encuentran escondidos unos libros a los que hay que arrancar una hoja para demostrar que uno ha pasado por allí.
La británica Nicky Spinks ya tiene dos récords extraordinarios: el Double Bob Graham Round y el Double Ramsay Round, este último consta de 193 km, 48 picos y una ascensión de casi 18.288 metros (el doble de altura que el Everest). La gesta la completó en 55 horas, algo que no había hecho antes ningún ser humano.
Lazarus Lake inscribe a Nicky Spinks en el maratón Barkley.

Ya solo poder participar es un honor

© Nicky Spinks

Spinks tiene bastantes posibilidades de ser la primera mujer capaz de terminar la carrera.
¿Cómo te preparaste para esta carrera tan secreta?
Saber la ruta estaría bien pero nadie te lo va a decir. Estudié el mapa para intentar averiguar dónde están los valles. También intenté saber qué tipo de equipamiento usa la gente, qué es lo que ha funcionado y qué errores han cometido para intentar evitarlos. Te puede fallar la linterna que llevas en la cabeza o la comida que llevas a lo mejor no es suficiente. Lazarus es muy estricto y una vez que has tomado la salida no puedes volver atrás para coger un mapa.
¿Qué tipo de entrenamiento hiciste?
No se me permite desvelar cómo se consigue un puesto en el maratón. El caso es que hay que empezar a entrenar antes de que sepas si vas o no a ser admitida. De todas maneras, yo entreno sin parar, aunque a veces mi masajista dice que debería descansar.
Una vez que supe que estaba admitida aumenté el entrenamiento. No suelo hacer más de 65 km a la semana, pero en los fines de semana en Gales llego a los 95 km. Trabajo en una granja, así que puedo estar en exteriores durante horas y horas.
Lo que sí hago es mucha elevación, en Gales subo 3.500 metros en 25 km. Si repites cosas así se nota mucho en las piernas, sobre todo si además haces running durante la semana. Tengo confianza en mis piernas.
Para finalizar todo el maratón de Barkley debes completar la primera vuelta en menos de 10 horas, pero hacía tanto calor que no quería ir demasiado deprisa.
Nicky Spinks
¿Se puede entrenar la falta de sueño?
Creo que ahí me ayuda también el hecho de trabajar en una granja. Buena parte de febrero me pasé las noches en vela debido a los partos de los animales. Luego trato de continuar el día sin echarme la siesta ni nada de eso.
Competidores corren por el bosque durante el maratón Barkley.

Spink está acostumbrada a dormir poco

© Nicky Spinks

¿Cuál fue tu estrategia para la primera ronda?
Quería ir con un par de veteranos que conocen la ruta. Todo el mundo sabe que cuatro ojos ven más que dos, podemos ayudarnos unos a otros a la hora de encontrar los libros. Sabía lo que Stephanie Case había hecho el año pasado, además de un tipo llamado Michael. El irlandés Billy Read también era principiante y tenía el mismo plan que yo, seguir a alguien.
El circuito es famoso por sus zarzas, ¿son en realidad tan malas?
Me recomendaron una especie de polainas acolchadas que van de maravilla, pero como hacía tanto calor me puse unos pantalones cortos, por lo que las zarzas se cebaron con mis muslos.
Algunos competidores utilizan sus bastones durante el maratón Barkley.

Spinks tuvo que enfrentarse a las zarzas

© Nicky Spinks

¿Fue la primera vuelta tan bien como esperabas?
Debes completar la primera vuelta en menos de 10 horas, pero el calor me impidió ir más deprisa. Tuvimos suerte de hacer la segunda vuelta en más o menos el mismo tiempo, 11,5 horas.
Pasé horas pensando cómo preguntarle a Stephanie si le importaría que hiciese la segunda vuelta con ella. Quizá ella prefería ir sola pero cuando se lo pregunté le pareció fantástico.
¿Cómo fue la segunda vuelta?
Llevábamos más ropa porque se suponía que iba a llover, pero en realidad fue un auténtico chaparrón. Aasí que al llegar al primer libro aprovechamos para ponernos todavía más ropa. Hacía algo de frío y apareció la famosa niebla de Barkley.
La lluvia convirtió al terreno en un arma letal. A pesar de mis zapatillas inov-8 Mudclaws, me tenía que agarrar de los árboles para no resbalar montaña abajo. Encontramos un par de libros y luego empezamos a hacer cálculos de cuánto tiempo nos quedaba. Mi temperatura estaba bajando, la cual subía con la ascensión pero luego nos enfriábamos en las bajadas porque no podíamos correr.
¿En qué momento pensaste que se había acabado todo?
Cuando íbamos a coger un libro vimos que alguien venía corriendo hacia nosotros en dirección contraria. Se alegró mucho de vernos y nos preguntó dónde estaba el campamento. Se trataba de un atleta que todavía daba su primera vuelta y hacía cinco horas que estaba perdido. Cuando ves a gente que se rinde, eso se convierte en una gran tentación. Stephanie dijo: “No me rindo. No nos rendimos, ¿verdad?”. Mi contestación fue clara: “No, no, todavía puedo soportar el frío”.
Cada vez que parábamos nos poníamos a tiritar. La lluvia dio paso al granizo y la temperatura había bajado de 20° C a -5°C. Stephanie se detuvo y yo sabía lo que iba a decir. Fue un alivio porque pensaba que me estaba empezando a convertir en un lastre. Me encontraba exhausta, temblando y mi cerebro no funcionaba bien. Habíamos perdido tanto tiempo que no había manera de acabar la vuelta. Así que cuando decidimos regresar fue un gran alivio. Empiezas a pensar en una ducha y una comida caliente.
Estábamos decepcionadas después de comprobar que nos retirábamos porque no habíamos llevado equipo de invierno. Nos habría hecho falta tres capas más de ropa, gorros y cosas así. Pero ya no había nada que hacer.
¿Cómo se compara este sufrimiento con las pruebas dobles que habías hecho antes?
Es parecido al Double Ramsay, pero en el extremo opuesto del espectro, en Ramsay hacía demasiado calor y en Barkley demasiado frío. La gente dice que las colinas son empinadas en Barkley, pero en Escocia y Gales las hay peores. Vamos, que se sufre una barbaridad, tanto en Ramsay como en Barkley.
Un competidor corre por el bosque durante la última vuelta del maratón Barkley.

John Kelly durante la quinta y última vuelta en 2017

© Jeremy Liebman

¿Entiendes por qué los runners se obsesionan con el maratón Barkley?
Mientras nos dirigíamos al campamento Stephanie me preguntó si iba a volver a intentarlo al año siguiente y le dije que no. Se rio y me contestó que hablaría conmigo al día siguiente. Luego empiezas a pensar en lo que deberías haber hecho y te preguntas: ‘¿Por qué no lo intento otra vez? No fue tan horrible, si hubiese tenido más ropa…’. Hay algo que te lleva a repetirlo. Yo soy de las que suele volver a repetir las cosas.
¿Qué consejos le darías a una ‘afortunada’ que consiguiera la inscripción?
Tienes que ser capaz de orientarte por los senderos en el campo. Te vas a perder y en cada vuelta la elevación es brutal, vas todo el tiempo subiendo y bajando. Mentalmente me preparo pensando en todo lo que podría salir mal y en cómo solucionarlo. Leo mucho sobre ello y también escucho podcasts. El problema principal no fue continuar, sino cómo poder abrigarme para así poder seguir adelante.
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