Únicos Lowrider Bike Club
© Rodrigo Jardón
Urban Culture

A la CDMX le fascina la cultura lowrider

Nos fuimos de paseo por Reforma con los Únicos Bike Lowrider Club.
Por Texto: Villanueva Fotos: Rodrigo Jardón
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En los años 70, cuando surgió el boom del movimiento chicano, un grupo de mexicoamericanos del este de Los Ángeles retomó la moda de las bicicletas lowrider y le agregó colores y estilos peculiares: las customizó.
Big, un tatuador de la colonia Morelos, nos cuenta que los chicanos de California popularizaron esta cultura al no tener los recursos para comprar autos lowrider.
El Big

El Big

© Rodrigo Jardón

Cuarenta años después esta cultura sigue llamando la atención, sólo que ahora este fenómeno ocurre en la Ciudad de México, en pleno Paseo de la Reforma.
Es domingo a mediodía y las bicicletas cromadas, decoradas con motivos de paliacates, terciopelo y bocinas se encuentran justo frente al Ángel de la Independencia, la luz del sol está totalmente vertical y las bicis brillan más que nunca. A todos los que pasan por aquí les llama la atención las bicis, las observan con asombro y les toman cientos de fotografías. Sus dueños son Big, El Buda y Brando.
Brando, El Big y El Buda

Brando, El Big y El Buda

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“Somos pocos pero locos”, dice El Buda mientras nos cuenta los orígenes de este club.

Él es un expandillero de Florida, cuyo abuelo fue uno de los pachucos originales y su papá tiene “la fintilla de chicano”. Toda su familia sigue en Estados Unidos, mientras él ahora radica al sur de la ciudad y trabaja para una inmobiliaria.
Iván, El Buda

Iván, El Buda

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“Yo estuve en pandilla allá en Estados Unidos, pero es muy diferente lo que hace una pandilla a lo que hace un club. Yo a mi hijo ya le compré una bici lowrider, ya dejamos atrás los prototipos de pandillerismo, es muy aparte. Aquí no somos pandilleros, sí traemos el estilo pero no somos matones ni este tipo de cosas”, expresa.
Iván es El Buda y recuerda que durante uno de sus viajes a México, a principios de los 90, le presentó a sus amigos la música de Vanilla Ice y Los Simpsons “cuando aquí todavía eso no había llegado”, el club de bicicletas lo formó junto con sus amigos en 2012, como una forma de entretenerse y con el fin de crear un grupo de amigos que se reúne de vez en cuando. Cualquier persona con una bici lowrider puede entrar, sólo que, hasta ahora, por este club sólo ha pasado una mujer.
Brando es un capitalino que de lunes a viernes es oficinista en una empresa de automóviles y los fines de semana es un lowrider. Hace seis años los encontró por Facebook y les preguntó si podía unirse a rodar con ellos.
Brando

Brando

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Quizás, el obstáculo más grande para ser parte de este mundo es ahorrar y tener el tiempo y los recursos para armar y customizar una bicicleta como éstas. No todas las piezas se consiguen en México y, por lo tanto, las tienen que “bajar” de EUA. El Buda tiene tres cuadros como éste y ha llegado a invertir hasta 30 mil pesos en una sola bicicleta.
Bicicletas lowrider

Bicicletas lowrider

© Rodrigo Jardón

Los Únicos Lowrider Bike Club han participado en videos musicales de Roco Pachukote y deCafé Tacuba.
El Buda recuerda que en la grabación del video con los tacubos, Rubén Albarrán (el vocalista) había comprado una bici lowrider para estar a la par de sus invitados pero cuando vio el tipo de cuadros que los Únicos traían, aventó la suya y pidió que trataran a los verdaderos lowrider con especial cuidado.
“La gente nos dice que están muy lindas las bicis, siempre que andamos rodando nos piden fotos, nos reconocen por las fotos, eso nos da mucho gusto”.
Actualmente, hay varios clubes de bicicletas lowrider en la Ciudad de México. Los Únicos mantienen una relación cordial con todos. Mientras charlan sobre bicicletas, reuniones y deportados, los ciclistas del paseo dominical detienen su viaje para tomarse selfies con ellos, preguntar si cobran por foto y quedar maravillados con la estética de esta cultura.
"Esto es ser como un niño con un juguete, que después quiere la continuación de esa pieza", explica Buda sobre el gusto de formar parte de esta dinámica de customizar objetos, cultura heredada de los chicanos.
El Big

El Big

© Rodrigo Jardón