Ni son los vehículos más seguros del mundo, ni su campeonato el más célebre, ni el Top Fuel Dragster tiene la misma repercusión que la Fórmula 1, pero hay que reconocer que las carreras de aceleración de estos monstruosos aparatos son alucinantes. Para que te hagas una idea: el Koenigsegg One:1 (el deportivo más rápido del mundo con una potencia de 1.341 CV y una aceleración de 0-400 km/h en 20 segundos) parece un juguete a pilas al lado de un Dragster de la Top Fuel, que lo pulveriza por debajo de los 4 segundos.
Los aparatos más espectaculares y que más rinden suelen disputar el campeonato NHRA (National Hot Rod Association) y, entre sus diferentes categorías están Funny Cars y Top Fuel, que son las que acogen los coches que más aceleran, alcanzando velocidades superiores a los 530 km/h. Pero, ¿qué diantre es un Dragster? Pues bien, es un bólido diseñado especialmente para pruebas de aceleración que, para arañar el máximo de décimas posible, posee una aerodinámica explícitamente diseñada para alcanzar velocidades extremas en línea recta. Pero vayamos por partes.
¡Agárrate fuerte!
La categoría Top Fuel monta propulsores de 8.195 cc, que tienen más potencia que las 4 primeras filas de la parrilla de salida de las 500 millas de Daytona (un coche de Nascar tiene más de 750 CV). O lo que es lo mismo, estamos hablando de que son capaces de generar 8.000 CV de potencia, aunque se han hecho mediciones de algunos que han llegado a más de 10.000.
¿Y su consumo? Obviamente, el gasto de combustible también va en consonancia. Pedal a fondo, un dragster consume 5.7 litros de nitrometano por segundo; un Jet Jumbo Boeing 747 consume la misma cantidad de carburante, pero produce un 25% menos de potencia.
Para superar los 500 km/h. en menos de 4 segundos, un dragster debe acelerar un promedio de 4G (1g es considerado igual a la fuerza de gravedad estándar). Para superar los 320 km/h. (mucho antes de los 200 metros) la fuerza que debe soportar el piloto es de unos 8G. Un piloto de avión de combate está sujeto a fuerzas entre 5 y 8 G.
Además, no es precisamente económico participar en estos campeonatos. Y es que, al final de la jornada, si todo sale bien y el rocket car queda intacto, cada segundo de carrera les habrá costado alrededor de 1.000 euros.
No es un juego de niños
Supuestamente, mientas no superes los 530 km/h. sabes que en cualquier pista de drag racing tienes espacio suficiente para frenar. Sin embargo, para preservar la seguridad de los pilotos, la NHRA redujo en 2008 la distancia de las carreras de Top Fuel y Funny Car de los históricos 1.320 pies (el legendario cuarto de milla, equivalente a 400 metros) a solo 1.000 pies o 300 m (el resto de categorías siguen disputando las carreras de un cuarto de milla de toda la vida).
Este recorte de distancia se reguló a raíz del accidente de Scott Kalitta, que perdió la vida en el circuito de Englishtown (Nueva Jersey, EE.UU.) cuando su dragster Funny Car explotó al final de la carrera a 483 km/h.
No se trataba del primer accidente mortal en la historia de la NHRA, pero lo más alarmante fue que cuando a Scott se le acabó la pista aún seguía avanzando muy rápido. No pudo evitar estrellarse contra un muro a más de 200 km/h. sin que la barrera de arena de seguridad y los paracaídas (consumidos por las llamas) pudieran frenarlo.
A pesar de la reducción de distancia, los coches volvieron a alcanzar los 530 km/h. ¿Cómo es posible? Tanto los ingenieros como los pilotos coinciden en señalar que el motivo es una combinación de la preparación de los motores (mejora en la gestión electrónica), pistas con más adherencia y días con un clima idóneo (los motores obtienen más rendimientocon baja temperatura y poca humedad ambiente).
En busca de la máxima adherencia
Por encima del medio millar de kilómetros por hora los neumáticos se convierten en un problema. Las enormes gomas traseras de los dragsters apenas se hinchan a 0,5 bares de presión para conseguir que el flanco de los neumáticos se deforme lo máximo posible, acumulando energía elástica que se usa para acelerar (comparados con los dos bares que se emplean en un neumático de turismo, puede decirse que las ruedas de estos coches van, literalmente, pinchadas).
El problema es que, con tanta superficie de goma traccionando sobre el asfalto, la temperatura de los neumáticos se dispara. A pesar de que no es algo habitual, en la categoría Top Fuel han llegado a explotar alguna vez, algo que compromete la seguridad.