Quien vaya a ver un concierto de Aphex Twin en 2019 vivirá toda una experiencia sonora. En el espectáculo de este artista cada detalle está cuidado al máximo, también la parte visual. Aphex Twin no es solo Richard D. James, el productor con coleta que se sienta detrás de un montón de máquinas para apretar botones. Aphex Twin es un duende, un embaucador, una manifestación visual de algo real, pero intangible. Es un enigma, pero un enigma con una personalidad auténtica.
Antes la música electrónica no era así. Durante los primeros años del rave se hablaba del “techno sin cara”. Un movimiento que era rechazado por los críticos de rock tradicional, quienes estaban acostumbrados a que la música y la letra fuesen parte de la personalidad del artista. El logo que Paul Nicholson utiliza para Aphex Twin apareció por primera vez en el EP Xylem Tube de 1992. Era una especie de letra “A” un poco amorfa que pegaba mucho con la escena que estaba naciendo.
¿Podría alguien haber imaginado el poder oculto que esto iba a tener? Esta imagen era la primera apariencia de la manifestación de una identidad visual que iba a cambiar el techno. Una estética –al igual que su música– que ha influido mucho en las posteriores generaciones de artistas. Su picardía es literalmente contagiosa.
Natalie Sharp graba música dance experimental bajo el nombre de Lone Taxidermist y es famosa por sus performances provocadoras. Homenajeó a Aphex Twin pintando en su cara la portada del disco ...I Care Because You Do. “Tardé siete horas, pero me sentí bastante sexy ¡e incluso hice algunas tomas algo obscenas enseñando el escote, igual que en los vídeos!”, dijo Natalie Sharp.
En 1995 Richard D. James empezó a jugar con su cara. La portada de …I Care Because You Do fue el primer vistazo de una imagen que ha ido refinando a lo largo de su carrera. La imagen era un autorretrato hecho por James con la ayuda de John Clayton, un diseñador amigo suyo; aunque parece que todo lo que hizo Clayton fue enseñarle a utilizar el Photoshop. En 1996 la imagen ya había adquirido una potencia demoniaca. En la portada del disco se ve una sonrisa lasciva y unos ojos salvajes.
Sin duda habría sido un gran disfraz para Halloween. En las primeras copias del álbum venía una máscara de cartón para dar a conocer a este personaje por el ancho mundo. El artista sin cara se estaba convirtiendo en una marca, pero era una marca que estaba más interesada en hacer travesuras que en tener éxito comercial.
Hablando con el escritor John Doran de The Quietus para un documental de la BBC Radio 4 en 2018, el cómico británico Vic Reeves (que es un gran fan de Aphex) dijo: “Tienes que crear un personaje detrás del cual esconderte”. La realidad es que Aphex Twin no estaba haciendo eso, como explica Natalie Sharp al hablar de sus propias performances: “No me estoy ocultando a mí misma sino convirtiéndome en una versión menos aguada. Cuando actúas eres la misma persona, pero tu verdadero yo parece brillar más”. Algo similar ocurre con Aphex Twin, que al crear una variante retorcida de sí mismo estaba siendo más auténtico.
En 1995 el tema Donkey Rhubarb de Aphex Twin vino acompañado de un vídeo cachondo dirigido por David Slade, donde veíamos a osos de peluche de tamaño adulto con máscaras de Aphex haciendo sugerentes movimientos eróticos. El vídeo es un poco inquietante, pero sin duda divertido al ver a osos de peluche con la cara de Richard D. James realizar todo tipo de movimientos pélvicos.
El director Chris Cunningham se encargó del trabajo Come To Daddy publicado en 1997 donde el virus de Aphex se escapó por la ciudad. En esta ocasión la cara de Aphex Face había infectado a un grupo de niñas pequeñas que campaban a sus anchas por el sureste de Londres asustando a las viejecitas. A lo que hay que añadir una especie de demonio que emerge de un televisor. El vídeo es tan oscuro como divertido.
Cunningham recuerda la escena en la que se puso un potente ventilador delante de la cara de la anciana. “Tuve que dejar de mirar cuando estábamos filmando porque me moría de risa”. Esto es algo típico en el aspecto visual de Aphex Twin que no solo es siniestro sino también algo divertido.
En 1999 se publicó el vídeo Windowlicker, otro trabajo de Cunningham que comienza con el logo de Aphex en la pantalla, lo que se supone es una parodia de una marca relacionada con el rap. En el vídeo vemos a Busby Berkley en una limusina de 38 ventanas con una botella de champán que parece eyacular. Por un momento Aphex Twin, o mejor dicho la cara de Aphex Twin (porque a Richard D. James no se le ve por ninguna parte) se convierte en una especie de estrella pop.
Todavía quedaba mucha “aphexología” por descifrar. En la cara B del EP Windowlicker hay un track conocido como [Equation]. James lo había compuesto utilizando un programa llamado MetaSynth que convierte las imágenes en sonido. En 2001 un músico llamado Chaos Machine pasó la pista por un programa espectral (que visualiza el espectro sonoro). Y allí estaba, hacia el final del track aparecía como por arte de magia la Aphex Face hecha a base de bandas sonoras. Richard D. James había sido capaz de incrustar su imagen en la misma sustancia de la música. Se había convertido en una especie de fantasma dentro de la máquina.
James no es solo un productor fantástico, sino además el creador de una fascinante serie de huellas y caminos. Nadie sabe muy bien adónde nos llevan pero es algo muy divertido. Su música es, al mismo tiempo, enigmática y humana, por lo que se presta a todo tipo de interpretaciones. Nos dan ganas de conocer mejor al artista y a sus intenciones. La música de James siempre ha tenido un calor especial, siempre ofrece una sensación de espacio y de eco. Utiliza voces –la suya, la de sus padres, la de niños elegidos al azar– para explorar el tono y la textura. Pero, como demuestra el descubrimiento en [Equation], ha sido capaz de incrustarse en el sonido en sentido literal… Al menos una vez (¿quién sabe si más veces?). Se ha convertido en una muestra del código binario.
Después del álbum Drukqs de 2001, Aphex Twin desapareció pero no Richard D. James, quien siguió sacando música. La identidad visual de Aphex Twin se perdió hasta el verano de 2014 cuando se avistó un dirigible con un logotipo familiar en el este de Londres. Para entonces ya no necesitábamos más información que el logo. Al igual que Batman, Aphex Twin estaba proyectando su identidad en el cielo. Como era de esperar la “aphexología” nos siguió sorprendiendo, después de la pausa su primer vídeo para acompañar a CIRKLON3 [Колхозная] fue dirigido por Ryan Wyer, un chaval de 12 años.
El álbum Syro apareció muy pronto. Esta vez no hubo caras con sonrisas macabras sino un exquisito ejercicio a cargo del diseñador Ian Anderson, fundador de The Designers Republic y responsable de muchas de las portadas de Aphex en los años 90.
Anderson, al hablar de la portada con el New York Times, dijo que era: “Una provocación. Un conjunto de pistas cuando no hay ningún misterio. Es el inventario de un proceso particular en una industria particular. Es una pequeña sonrisa”. Esta mezcla de humor y mitología hizo que la portada de Syro fuese una pieza parecida a las anteriores. Con Aphex Twin siempre hay algún misterio de por medio, incluso aunque esté a la vista de todos.
En 2014 Aphex Twin y Richard D. James, de alguna manera, se unieron. En 2018 la revista Crack realizó una larga entrevista con el escurridizo artista, al mismo tiempo que utilizaron un generador de Aphex Face que permitía a los fans hacerse un “Aphex”. Ya estábamos todos construyendo una versión en línea de nosotros mismos. Aphex/James llevaba años mediando consigo mismo y ahora estaba haciendo lo mismo con nosotros. Permeando nuestras identidades con su espíritu juguetón.
Ahora el artista digital Weirdcore era el encargado de la estética Aphex, es el responsable de la experiencia Aphex Twin en vivo y el director del increíble vídeo de 2018 titulado T69 Collapse, en el que Aphex Face regresa a la fuente de su poder oculto. A mitad del vídeo un montón de caras de Aphex Faces parecen emerger del lodo para luego ser succionados.
Natalie Sharp se ha inspirado en los códigos visuales de Aphex Twin. “Se trata de conseguir una interacción sorpresa. Me gusta jugar con el público. Me gusta que sientan que no saben qué es lo que va a pasar a continuación. Ya sea proyectando el contenido de sus oídos en la pantalla o envolviéndolos en celofán. Es importante que formen parte del arte de manera involuntaria”.
Esto también ocurre con los espectáculos de Aphex Twin. Si estás sentado cerca del escenario podrías convertirte en parte del show… Aparecer en la gran pantalla. A lo largo del concierto la cara sonriente de Aphex Face se transformará en cualquier cosa, desde famosos hasta políticos. Así que, si vas a ver a este artista, ten cuidado. Tú también formarás parte de la función.
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